martes, 24 de julio de 2012

TARDE EN EL PUERTO

En el puerto base del TAONIA, el barco estaba , pero Taonio no, sus obligaciones laborables y otras no tanto lo habían alejado bastantes millas tierra adentro, tanto como para tropezar con el atlántico.
Distraída la tarde por estar en un punto de observación espectacular y ver los padecimientos del vecino de babor de taonio.
Velero guapo ese vecino. moderno, elegante, sín asomo de clasicismo, dos timoneras, una a babor y otra a estribor, para que no riñan los matrimonios bien avenidos, vuelta de navegar y maniobra de atraque a la vista, proa a tierra, pasa de largo de su amarre, cia, acelera a tope atrás toda, sus timoneras giran a la vez, pero el barco obedece a su aire, mar lisa, calma, poco viento, pero no quiere entrar en su amarre, sale de nuevo y vuelve a entrar a su canal de entrada y vuelta a empezar, esta vez casi la popa entra al sitio, pero por arte de magia y avante toda se empotra en el pantalan de enfrente entre dos barcos.
¡¡¡Alarma!!! de uno e los barcos sale el siestero, era su hora, llega un marinero del puerto y todos a observar, los dos tripulantes, el de la siesta y el marinero.
Poco a poco descubren como salir del  atrolladero, lo consiguen y vuelta a empezar, esta vez siendo la tercera y la vencida, lo consiguen y el velero descanso por fín en su sitio.
A todos nos ha pasado algo parecido, ver que no eres el único consuela pero verlo de lejos produce un no sé qué. En fín todo se aprende y espero que con el tiempo y desde el puesto de observación con los pies a remojo , el café del tiempo en una mano puedan los dos tripulantes pasar también un rato distraído. Todo llega.

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