domingo, 6 de noviembre de 2011

TRVESIA CON S.O.S, pero final feliz

No recuerdo el año, pero seguro que despues de 1.988, año en que se pudo importar de la C.E barcos usados.
Aquel mes de no sé que año, quizas el 90, tuve la suerte de en pocos días vender un Rush de astlleros Jeannau y un First 30 E.
Los dos barcos navegando en conserva me los habían dejaado unos colegas franceses en el R.C.N de Barcelona y allí acudimos a recogerlos, al Rush de nombre Tanimara su armador y un amigo suyo chileno y al First 30 E servidor y tripu jovencísima. Mi hijo mayor Ernesto,mi hija Marimar, mi sobrino Miguel, su hermana Maria, mis sobrinas Angela y Cristina, travesia con calmas pero con sorpresas.nos tocó arrumbar pasado cabo Salou al faro flotante de la isla de Buda,que nos tocaba este vez pasar de noche, pero por motivos misteriosos
el haz del faro no aparecía. De un barco a otro por V.H.F nos hacíamos consultas, según calculos de ambos, el faro tenía que estar en nuestras narices, pero no, llegó un momento que la sonda nos daaba seis metros y el faro según la carta estaba a dieciocho, luego algo extraño pasaba. Por precaución cambiamos el rumbo hacia el este para ganar profundidad, suerte que tomamos la decisión acertada y pocos minutos despues apareció la sombra ó perfil del faro¡¡¡La luz no funcionaba!!! QUE SUSTO,no me ha vuelto a pasar en la vida.Me vino entonces a la cabeza un libro que yo había leído y releido un montón de veces,Felicidad en el mar de Editorial Juventud, era una pareja de franceses trotamundistas que empiezan a navegar y desembarcan diez años despues con tres hijas nacidas en los mares más insospechados y que cuentan cómo una noche de temporal de levante en pleno invierno embarrancan en el delta por que el faro había desaparecido, estuvieron seis meses embarrancados, los pescadores del delta los alojaron, los pesqueros del la zona intentaron sacarlos, los arroceros con sus tractores haciendo un canal para reflotar el velero y luego los hnos. Zendrera, navegantes de la época , herederos de Editorial Juventud, ayudándoles en todo momento. Al final una marea extraña reflotó el barco y despues de arrancharlo debidamente prosigiueron su aventura. Increible pero cierto.
Nosotros tuvimos la suerte, la flor en el culo, de solventar el incidente sín más.
Recuerdo que amanecimos en Peñiscola, entramo a desyunar y recuerdo las risas de mi tripulación femenina al ver bajar a tierra al armador del Tanimara en calzoncillos sí reparar que buscábamos un bar para almozar y reponer fuerzas.Aprovechamos para con bidones repostar gas oil y proseguir las más ó menos sesenta millas que faltaban hasta Valencia.
Cerca ya de nuestro destino, supongo que ya a la altura de Sagunto, oímos por VHF conversaciones entre el R.C.N. de Valencia(su guarda nocturno) y un barquito de motor averiado que no sabía, por los nervios supongo, explicar dónde estaban, pasaron unas horas y seguian en la misma situación. El guarda del nautico no tenía llaves del remolcador del club, ni conocimientos y supongo que ni permiso para abandonar su puesto de trabajo,Aún no existía salvamento marítimo ni Guardia Civil del Mar, el buen hombre les respondía que "tranquilos" alguien al hacerse de día los encontraría. Llegando ya a la altura del faro , llamé por Vhf al náutico
y explique que llevaba varias horas escuchando sus conversaciones, me identifqué y que por favor me diesen alguna pista para encontrarlos.
Al momento el barco averiado me contactó y me explicaba que solo veía una pared blanca muy cerca y luces muy cerca. Deduje que estaba pegado a la costa junto a la antigua escuela de estibadores portuarios del Saler que jamás llegó a inaugurarse y acabó en ruinas.Para asegurarme a medida que arrumbaba a esa zona le pedí a la motora que encendiese y apagase sín parar todas sus luces hasta que al final la intuición fúe buena y la localización rápida.
¡¡¡OJO!!!Al aproximarnos la sonda iba bajando escandalosamente, me la cantaban Ernesto y Miguel desde la mesita de cartas, la sonda era una SEA fARER, Seguro que alguna funciona todavia.Seguía bajando así que a grandes males , grandes remedios, trincamos un defensa a un cabo que fuimos largando hasta que la corriente y el poco viento la fue acercando para que con un bichero pudiesen trincar la estacha  en su proa.
En ese momento con todas las r.p.m. a marcha atrás fuimos sacando el barco a zona de mayor calado y ya remolcarlo según " les regles de l'art" que dicen los franceses.Llegamos al R.C-N.V  doa hombres y una mujer que lo estaban pasando realmente mal.Una vez atracados vinieron a darnos las gracias y recompensaron a la juventud debidamente para una opípara cena que aún recuerdan.
El Tanimara despues de varias compra ventas acabó en Burriana, lo ví hace poco, al otro trás una temporada en Port Saplaya le perdí la pista.

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